POR RAFAEL SANTOS
Director de La Prensa
Al inicio de la presente semana (lunes 14 de octubre) concluí la lectura del libro Utopía, del clásico escritor Tomás Moro, un texto al que por su intensidad y calidad literaria recomendé a todos mis amigos y contactos, y el pasado viernes, de una “sola sentada” leí también Elogio de la Locura, este último con una series de elementos del cual no le diré más que aquello que puedan motivar a sus lecturas.
Utopía es un libro envolvente. Sus páginas desde el inicio hasta el punto final contienen un tipo de encantamiento que por momentos y por breves segundos nos parecen milenarios.
El texto cuya primera impresión data del año 1516 nos transporta hasta esa utópica ciudad fundada por Utopo, y que según el juego literario de su autor, es la localidad perfecta para que el ser humano alcance su plenitud; de ahí el término Utopía.
Es un libro que además de la multivosidad y la magia de sus lugares, sus gentes, su manera de ver la vida ante tantas y tantas bellezas que el autor siembra en nuestro subconsciente, es muy rico en fantasías, pero sobre todo, es una obra eminentemente política por lo que allí se vive y la manera de cómo están distribuidas sus riquezas.
En Utopía, sus habitantes no tienen el más mínimo sentimiento de rencor, pues su sistema educativo y su desprendimiento para ver las riquezas materiales que hay en dicha ciudad, es uno de los elementos claves que es justo analizar en cada trozo de sus páginas.
La misma fue construida por su fundador (Utopo), un individuo que según el autor de la presente obra, poseía la suficiente inteligencia emocional como para que sus gentes vivan sus vidas apegadas a los sentimientos puros, a la sanidad espiritual que todo ser humano debe tener para alcanzar en su justa medida la felicidad y esa paz interior tan necesaria en estos momentos de tantas turbulencias.
Pienso que además de otros factores, esta obra también influyó para que en 1534, al negarse Tomás Moro a la firma del “Acta de Supremacía” la cual representaba un repudio a la supremacía papal de la época, fue que el 17 de abril de dicho año, este notable intelectual fuera encarcelado y finalmente decapitado pero el 6 de julio de 1535.
Elogio de la Locura
En el otro (ambos textos fueron un hermoso regalo de mi hermano Romeo), Elogio de la locura o Alabanza de la estupidez (1511), escrito por Erasmo de Róterdam, es un texto de mucha importancia para que el individuo que se interese por él mismo y desee aprender un poco más sobre la filosofía de la vida debe de leer.
También es un libro muy breve, de apenas 107 páginas, en donde encontramos todo un manjar de sabiduría, y además de conocimientos sobre el mundo de la mitología, la religión, la estupidez.
También encontramos entre sus páginas las recomendaciones de su autor para que el hombre pueda tener una correcta manera de comportarse en la vida, todo esto claro está, desde el punto de vista de lo que es el comportamiento y atendiendo al buen al deseo del individuo para tras la búsqueda de su yo interior, haga un maridaje entre la inteligencia, la habilidad y la sabiduría como método de mucha importancia para la búsqueda de la felicidad sin importar lo que digan aquellos que en cada esquina de la vida, murmuran o critican al otro.
Los dos son textos enriquecedores, en donde quien lo lee invierte su tiempo en el conocimiento preciso para buscar elementos de suma importancia y que en el día a día se hacen tan necesarios, sobre todo en estos tiempos de reformas fiscales y otros menesteres.