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Tecnología es un reto para el “status quo de los periódicos”

El futuro de la prensa escrita no es una catástrofe ni un terremoto impredecible, imparable, porque siempre habrá gente interesada en ver y leer los contenidos impresos. “Leer los periódicos, para mí, es una obligación indispensable para sentirme informado”.

La ponderación fue hecha por José Luis Corripio Estrada, Pepín, ante la pregunta de Jorge Ramos exponiendo el avance de la prensa digital.

Corripio lo definió como “un reto revolucionario para el status quo de los periódicos” y significó que frente al avance de la tecnología “la colina está muy empinada, negativamente”.

“La cuesta se está poniendo en contra para que se obtenga el éxito, como era anteriormente, ojalá estar equivocado”, exclamó, y comentó que mantener los periódicos representa un gran esfuerzo financiero y económico.

Habló de la relativa peligrosidad de la tecnología y contó que sus nietos le comentan estar enterados de lo que ocurre en el mundo a través de lo que leen en sus teléfonos móviles.

“Eso es peligroso, porque se ponen en manos de gente sujeta a pasiones que critica a los demás sin fundamento, atropellando conductas injustamente”.

Manifestó su convicción de que se puede seguir aprendiendo con los libros impresos y reconoció que la modernidad digital “es una situación difícil, que está afectando económicamente a los medios de comunicación impresos”.

Satisfacción familiar

Jacqueline Ventura preguntó a Corripio por qué adquirió el periódico HOY habiendo comprado ya otros, y tenerlo como una creación propia.

“Es como una satisfacción de nuestra familia. Informar es una labor beneficiosa que no perjudica a nadie y es favorable para el desarrollo del pueblo dominicano. Crearlo no fue un error, la familia fue mucho más conocida y estimada por tener negocios de comunicación que por fábricas e industrias”.

Confesó que en la inversión en el matutino “hay algo de interés personal, pero en el buen sentido”, reiterando que “la misión de un periodista no es elegir a los presidentes y a los políticos, sino crear las condiciones para que un país progrese con las opiniones libres, que son un desahogo” para la comunidad.

Y enfatizó: “Si a las personas no las dejan expresarse les están quitando la válvula del desahogo por no tener siquiera la oportunidad de decir que no están conformes”.

Como un experto comunicador describió lo que pueden ser noticias de impacto o rarezas que el lector distingue y puso el ejemplo de sus visitas a Jorge Puello Soriano, el Men, un líder revolucionario de izquierda que pasó sus últimos años prácticamente abandonado a pesar de sus luchas.

Desde el punto de vista noticioso, afirmó: “era mucho más importante que yo fuera a enterrar al Men que asistir al funeral de un gran político o empresario”.

Apreció el valor de las opiniones de profundidad en el periódico HOY, las noticias de impacto que publica, el arrastre de sus exclusivas investigaciones, el estilo informativo y la calidad y ética de su personal.

Fortalezas de HOY

Con evidente orgullo, Corripio relató su participación en pautar las ideas para que el naciente periódico fuera diferente, novedoso en imágenes y textos, profundo, confiable, veraz, y exclamó que no había motivos para arrepentirse de haberlo creado.

“Representó aspectos positivos para la República Dominicana, era un medio independiente, yo colaboré con Bienvenido Álvarez Vega en el carácter y la importancia de que se hicieran trabajos de investigación, que se trataran temas que otros no trataban, porque no es lo mismo publicar que el presidente estuvo en Bonao que escribir en detalle de lo que hizo en ese pueblo”.

Los análisis, agregó, “son los que realmente hacen la diferencia, y el periódico HOY se ha especializado en esa materia, en la investigación, en la profundidad y se ha mantenido firme en tener independencia, incluso de sus propietarios”.

Manifestó que “las noticias son secas, pero hay que sacarles lo que tienen de provecho, que otros no lo hacen, y sin embargo, siempre hay algo de sustancia en ellas”.

Añadió que Hoy se distingue “porque no tiene compromisos” y reconoció a los presentes afirmando que “la diferencia son los que hacen el periódico, que son ustedes; las máquinas son un complemento”.

Pepín aseguró haber tomado parte, además, en lo que sería “la actitud del pensamiento y el manejo de la línea editorial”.

El éxito

Filósofo y maestro en el gran sillón floreado, siempre sosteniendo amoroso la mano de su compañera de 61 años de casado, que conoció en sus viajes a España y con quien casó en 1963 en la Basílica de Covadonga, patrona de Asturias, el exitoso capitán de empresas hizo recuentos de su vida remontándose al pasado que evoca con precisión, a pesar de sus 90 años cumplidos el pasado 12 de marzo.

Recordó a su tía monja, Carmen, hermana de su madre Sara, que pertenece al auspicio San Francisco de Asís, ubicado en el kilómetro 12 de la carretera Sánchez, de esta Capital.

También narró los comienzos comerciales de sus parientes, el tío Ramón, Bernardo Pérez y los primos que se iniciaron con una pulpería frente al parque Independencia. Los jóvenes se confeccionaron trajes de dril que fueron a mostrar orgullosos a sus mayores pero que estos les hicieron devolver, pese a que solo costaron cinco pesos.

“Desde entonces yo digo que la coacción es una herramienta indispensable en la vida de los seres humanos. Si tienes la oportunidad de contar con alguien que te llame la atención, es una suerte, es indispensable para el éxito, te imponen el camino correcto, una coacción bien entendida, es una bendición”.

Sostuvo, en otro orden, que es incorrecto expresar: me lo gané con el sudor de mi frente. “Eso no es así, se gana con las cosas de uno, con la Providencia y con la gente que te ayuda. Yo tengo muy pocos méritos personales para el éxito de mi vida (no a lo que ahora le llaman éxito, que son el lujo, mucho dinero, más prendas), eso es un error, eso no es éxito. Cuando recibo un reconocimiento, casi siempre digo: yo llegué en tiempos de cosecha porque se alinearon las coordenadas de los astros a mi favor, como se dice”.

Y reconoció a sus padres, Manuel Corripio García y Sara Estrada, afirmando que cosechó lo que ellos sembraron. “Papá vino en un barco en tercera clase porque no había cuarta”, apuntó. E hizo la anécdota del viejecito que cultivaba pomares y unos chicos le observaron que no los aprovecharía porque el ciclo del cultivo era de cinco años y él ya tenía 96. “Sí lo sé, contestó el anciano, pero cuando yo nací, comí manzanas que no las había sembrado”.

Y reveló claves de sus triunfos empresariales. “No solo estoy pensando en el progreso económico, si no cumplir con mi deber y la misión de ser útil a la sociedad creando fuentes de trabajo”. “Es como en un juego de ajedrez, cuando lo juegas, el que pierde, a veces le echa la culpa a la mala suerte, pero en el ajedrez el que perdió, perdió y ahí no hay excusas”.

Expresó vivir analizando lo que hace “antes, durante y después”, para acumular experiencias en base a los resultados.

“Es un error decir que todo salió bien porque soy un genio y mal porque el otro tuvo la culpa, es un mal análisis”.

Deuda con el país

Recordó que en ocasiones cuando sus padres recibían reconocimientos siempre decían que debía ser a la inversa porque ellos eran quienes estaban endeudados de por vida con el pueblo dominicano que le había recibido como dos hijos más desde el primer día que pisaron esta bendita tierra.

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