GRAN PARTE DE LOS CANDIDATOS A PUESTOS ELECTIVOS DE NUESTRAS PROVINCIAS, TIENEN COMO ASESORES A ENTES RENCOROSOS Y SOBRECARGADO DE BAJAS PASIONES. ESO ES MUY NEGATIVO PARA LA CAUSA.
POR RAFAEL SANTOS
Todos aquellos que ocupan importantes posiciones dentro de cualquier estamentos llámese como se llame, tienen a su alrededor una serie de personalidades, las cuales y en base a sus amplios conocimientos, (como debe ser), se convierten en asesores de esa institución o ese funcionario.
Por demás, en gran parte, el éxito o el fracaso de esa institución o persona que ocupa la importante posición cimera o que en un futuro aspira conquistar, radica básicamente en las orientaciones que ese asesor, o esa asesora le dan para el buen manejo de sus funciones.
Sin embargo, desde hace mucho venimos observando cómo algunos funcionarios, en posiciones cimeras de nuestras provincias, (entiéndase senadores, diputados, alcaldes, gobernadores, y/o directores provinciales, regionales o distritales, etc.) han escogido para esa muy delicada función a personas que sin ningún tipo de conocimiento se embarcan dentro de esa importante tarea.
Debemos decir, que en la mayoría de las ocasiones, esa persona que dice llamarse asesor, al dejarse sesgar por unos mezquinos sentimientos de odio y por carecer de ese sentido común o inteligencia emocional, carece de una serie de elementos que son muy importantes para el buen manejo de sus funciones, llegando a cometer errores para pasar a convertirse en portador de negatividades, las cuales se traducen quiérase o no, en contra de un conglomerado social que al final termina pagando un precio alto.
Ser asesor implica además del conocimiento político y del manejo emocional, tener fundamentos éticos, morales, pero sobre todo, un espíritu de servicio y de buenos sentimientos hacia los demás, que unido con la humildad le convierte en portador de buenas nuevas y al final, no solo esa persona a la que asesora saldría beneficiosa, sino que la principal beneficiada sería la sociedad misma.
El asesor es el que da la cara, quien aconseja, el que lleva la voz cantante para solucionar casos considerados delicados, el que dice la verdad cuando las cosas salen mal o bien, no el que mete la rencilla al funcionario o candidato para colocarlo en el bajo sitial de las pasiones mezquinas; recuérdese, que en política como ciencia, quien es asesor, debe poseer además de las características antes mencionadas, ser un amplio conocedor de la realidad psico-social de esa comunidad en donde rinde sus servicios.
Quienes aspiran a dirigir determinados estamentos del estado deben primero ver los errores que algunos políticos, empresarios y/o funcionarios que administran determinadas entidades han cometido, por la falta de una buena asesoría, o a lo mejor por no tener una buena orientación en base a lo antes descrito.
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