POR RAFAEL SANTOS
Nos estamos quedando solos. Sin iconos. ¡Nos jodimos….!. Esos fieros referentes poco a pocos están preparando sus maletas y marchándose hasta los inimaginables lugares desde donde solo sabemos y por convicción bíblica, que se llama eternidad.
Nos estamos quedando sin dolientes y sin reales líderes íntegros de pensamientos y acciones. Los sabios se nos están yendo ante el asombro de quienes amamos el real desarrollo de nuestros pueblos.
Sin mirar a los lados nos estamos dando cuenta de cuán importante han sido aquellas personas que han hecho tanto y que nuestro pueblo (a veces malagradecido), ni por asomo reverencian a quienes han sabido ser el sostén moral de nuestra sociedad.
Se nos están marchando, y lo peor es, que junto a esos generales de nuestro desarrollo integral, también perdemos nuestra capacidad de asombro, algo extremadamente peligroso para el futuro de nuestras generaciones, a las cuales no le estamos dejando más que un amorfo e insustancial progreso material que se carcome con la irracionalidad que se agiganta.
Se nos ha marchado un titán del pensamiento, de la filantropía, de los sanos consejos. Un amante de los perros y la naturaleza. Un ser humano fuera de series, en donde solo conversar y ver la profundidad de su mirada, ya era de por si una enseñanza.
A continuación de nuestro libro Salcedo en los 12 años de Balaguer, vamos a extraer un fragmento, en donde hacemos alusión a parte de la historia económica de Salcedo, en donde nuestro Don Tono jugo un papel predominante:
“Frente a Don Antonio Elmúdesis estaba la tienda del señor Elías Albayne mejor conocida como “La Opera”, la cual en el 1967 pasó a llamarse “Tienda Corniel” propiedad del empresario Nelson Antonio Corniel mejor conocido como Don Tono.
Aunque este negocio fue comprado por Don Tono en la fecha señalada, no fue sino un año después, específicamente a mediado del mes de octubre que el mismo pasa de manera definitiva a su propiedad, ya que para poder llevar a feliz término dicho negocio, ambos comerciantes acordaron que el primero se quedaría con la tienda un año más.
Es prudente aclarar, que Don Tono Corniel pagó la suma de 32 mil pesos al señor Elías Abayne y en remodelación se gastaron 17 mil pesos, es decir que la tienda ubicada en la esquina Colón con Doroteo Tapia le salió por 49 mil pesos ya que hubo que remodelarla debido a que allí funcionaba una tienda de vender comestibles al por mayor” paginas 32, 33 y 34 del libro: Salcedo en los 12 años de Balaguer (2011).
Es bueno apuntar como testamento histórico, que don Tono, hijo de don Pedro y de doña Chea Figueroa, inició a trabajar desde muy pequeño en compañía de su padre, don Pedro Corniell, y luego puso su propio primer negocio que consistió en una mesa para vender tela en el mercado público, ubicado en la llamada “Calle del Comercio”, hoy Restauración.
Los iconos se están poniendo cada vez más escasos en nuestra ciudad, y como desgracia, no vemos sustituto a sus entregas a favor de nuestras colectividades, sino, a logreros y abusadores, en donde la gran mayoría solo dejaran terribles huellas para recordarla como pasado sombrío.