Por Antonio Jimenez (Pastor Evangelico)
Una mirada fue lo que dio como resultado el descalabro más grande de la raza humana, citamos: “Vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría, y tomó de su fruto y comió”. (Génesis 3:6). La lámpara del cuerpo es el ojo (Lucas 11:34).
Fue a través del ojo que entró a ella el espíritu de codicia, el deseo de comer lo que Dios le había prohibido. Como ellos fueron nuestros primeros padres (el molden), todos hemos venido a este mundo llenos de maldad, Jesús dijo: “Porque de dentro del corazón salen los malos pensamientos, los adulterios, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen y contaminan al hombre” (Marcos 7: 2122,23). ¡Generación de víboras ,¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34).
Cuando miramos hacia dentro descubrimos lo que hay dentro de nuestros corazones, al hacerlo, tomamos conciencia, de que estamos afectados de todos los males que Jesús mencionó en el texto más arriba citado. Sabemos que al ejecutar cada una de estas cosas nos dañan, y también dañamos a otros. Y no obstante descubrir esas cosas seguimos de manera repetitiva haciéndolo.
Esto nos demuestra que somos impotentes para abandonar las acciones negativas y destructivas. Sabemos cambiar las cosas materiales cuando dejan de dar el servicio para el cual la adquirimos o nos ocasionan molestia. Cuando los zapatos, la ropa, los muebles, el carro están viejos, lo cambiamos. ¿Por qué no hacemos lo mismo con nuestras malas acciones o mala conducta? Porque lo espiritual se acomoda a lo espiritual, es necesario, que al mirar hacia nuestro interior, entreguemos la dirección y el dominio a Jesús, quien a través del Espíritu Santo, hará los cambios que necesitamos que se hagan.
El dijo: “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20), Todos los males que combaten en el interior del ser humano, permanecerán ahí hasta que se tome la decisión de permitir a Dios que entre a nuestra vida. Jesús dijo “Separados de mi nada podéis hacer”. (Juan 15:5).- Mi amado(a) si al leer este escrito, no te ha detenido a mirar hacia tu interior, te invito a hacerlo, y permite que Jesús entre a tu corazón, y te aseguro, que tu vida cambiará.-
DIOS BENDIGA TU VIDA INVADIENDO TODO TU SER.
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