LAS OFENSAS LAS USAN QUIENES NO CUENTAN CON ARGUMENTOS SUSTENTABLES PARA CONTINUAR CON ELEGANCIA LA DISCUSIÓN DE DETERMINADO TEMA
POR RAFAEL SANTOS
La palabra ofensa, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), significa: "Hacer que una persona se sienta despreciada o humillada mediante palabras o acciones".
La misma tiene varios sinónimos que a continuación y para una mejor y mayor ilustración dentro del presente contexto enumeraremos, como son: dañar, maltratar, herir, vejar, injuriar, insultar, agraviar, afrentar, denostar, ultrajar y deshonrar, entre otras.
Quienes les dan seguimientos a mis escritos, tanto por aquí como por los periódicos Hoy, El Nacional y La Información, así como por varios de los más importantes medios digitales del país, se han dado cuenta, que nuestros enfoques, además de la educación y la información que a través del análisis hacemos, (siempre con la gracia Divina), nosotros lo que más buscamos es inyectar un mayor grado de conciencia para la construcción de una mejor sociedad.
El tema de las ofensas por política, no solo en nuestra provincia Hermanas Mirabal, sino en todo el país, están a la orden del día, llueven a borbotones las hirientes y las malsanas palabras, así como los comentarios con doble sentido y sobre todo, las tiraderas de "puntas" contra de quienes adversas nuestros ideales.
Para llevar a cabo las ofensas y las desconsideraciones, un gran número de quienes se creen poseer la verdad de lo que plantea usan, son las amplias avenidas de las redes sociales, principalmente Facebook, Twitter e Instagram.
Estos, aprovechando la democratización de las mismas, dejan verter todo tipo veneno, profiriendo una retahíla de insultos, algunos disfrazados con elegancia y sutileza, mientras que otros, usan un lenguaje soez y con una muy dinamitada sobre carga de vulgaridades.
Esto debe parar por el bien de nuestras colectividades. Quiérase o no las ofensas por política no tienen sentido, pues estas son prácticas que en nada ayudan al desarrollo de los diversos proyectos que tras la búsqueda de determinadas posiciones transitan para trabajar en pos de la armonía que necesitamos para desarrollar nuestras comunidades.
Las ofensas por política las usan quienes se quedan sin argumentos, quienes en sus vocabularios ya no cuentan con las armas de las propuestas, pero sobre todo, con las armas de necesarias para presentarles a la sociedad aquello que esta misma necesita para su mejor porvenir.
Muchos al no contar con las herramientas intelectuales o académicas para una prospera discusión sobre determinados temas, recurre de manera anti elegante a los insultos, desconsideraciones, calumnias, vejaciones y más, algo verdaderamente vergonzoso, irritante y hasta peligroso.
Las ofensas por política laceran las buenas amistades, crean resentimientos, enemistades de antiguas relaciones afectivas y hasta familiares; crean también discusiones estériles que no paren más que confusiones y agravios contra quienes creemos que tenemos la razón.
Pero además, las ofensas por políticas, son causantes en gran medida hasta de enfermedades físicas y mentales, esas que terminan en ocasiones hasta en la muerte.
Debemos evitar, discutir, ofender por cuestiones políticas, pues a la larga y en la mayoría de las ocasiones, nos ganamos enemigos y cuando uno viene a darse cuenta, es@s por quienes discutimos y nos ganamos el reproche de otros, en la mayoría de las ocasiones terminan arreglando sus diferencias “allá arriba”, mientras que los de abajo con un tipo de enemistad que nos marca como seres irracionales.
El autor es periodista y politólogo
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