El exprocurador de la República Jean Alain Rodríguez, presentó ayer su nuevo canal de Youtube, con una emisión de 45 minutos en la que narra las penurias que pasó en 18 meses que guardó prisión preventiva, la cual calificó de injusta y sin justificación alguna. Sostuvo que en el país se ha perdido la vergüenza en la supuesta lucha contra la corrupción y citó la forma en que se manejó su caso y el de otros acusados. Explicó que los equipos de seguridad antidrones que fueron a buscar a su casa y a la de su madre existen, y son tres, uno de los cuales estaba en el almacén de la Procuraduría, nuevos y sin uso y los otros dos estaban en la Presidencia en uso desde 2019 en manos de la guardia presidencial, lo cual se sabía, porque está documentado. Afirmó que nunca pensó en escaparse al exterior y que eso una historia absurda, hecha para distraer a la población de los problemas sin solucionar. “Sin nunca haber tenido ni siquiera una multa de tránsito me registraron en el sistema penitenciario con un código especial, el que llaman de máximo nivel de peligrosidad”, cuestionó, pues eso solo se lo deben colocar a personas agresivas y peligrosas”. Agregó que cómo si se tratara de un Cristo Crucificado, le colocaron chalecos antibalas, llamaron al personal de la Procuraduría y lo pasearon lentamente por los pasillos esposado para que todo los empleados y visitantes lo vieron “como si fuera un trofeo”. Añadió que contrario a lo que dictan reglamentos y la ley, en 18 meses de prisión no le permitieron ver a sus hijos menores, salvo el día del funeral de su padre. Aclaró que el mal trato que recibió no fue por decisión de los agentes penitenciarios, porque de ellos solo recibió fue un trato respetuoso, pero decía que se trataba de “órdenes superiores”. “Fueron seis meses sin que me permitieran ingresar una simple almohada, ni sábana, cuando a más de 700 se lo permitían, pero a mi y al grupo que me acompañaba no, obvio, eso era para ver hasta donde uno aguantaba”. Además dijo que duró un año sin ver el sol, a pesar de que la ley contempla una hora de sol al día; dijo que no había agua en el piso que estaba, porque se la cortaban y en muchas ocasiones comían sin cubiertos, porque era parte del “trato” no entregarlos. “Tenía que trabajar mi defensa tirado en el piso, porque por cerca de un año no me permitían ni una sillita plástica”, afirmó. Defendió la legalidad de la construcción del centro penitenciario y la compra de los drones. Cuestionó los allanamientos a su residencia y a la casa donde su madre ha vivido por más de 50 años con su familia.
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