La República Dominicana, es la nación que más desea el éxito de Haití, el pais mas pobre del hemisferio occidental y merece que Francia, la nación poderosa que creo la esclavitud en ese territorio y que por su abandono ha dejado esa antigua colonia, a su suerte.
En la noche del 22 al 23 de agosto de 1791 en Santo Domingo, antiguo nombre de Haití, 50,000 esclavos se levantaron simultáneamente en una insurrección armada, impulsando un largo proceso que condujo a que el día 29 de agosto de 1793 sucediera la primera abolición de la esclavitud en la historia y la proclamación de la independencia.
Santo Domingo, entonces rebautizado como Haití, se convirtió en 1804 en la primera república negra independiente, un caso único en la historia de una revuelta de esclavos que dio origen a un Estado.
Historiadores expresan que probablemente Francia nunca haya perdonado esa insurrección, que le hizo perder abundantes ingresos de su sistema de esclavitud y de la destrucción de miles de plantaciones de azúcar y café.
Haití pagó por su independencia un precio muy alto: En 1825, se vio obligado a pagar a Francia 150 millones de francos de oro para “compensar”, por sus pérdidas, a los antiguos colonos que habían dominado a los esclavos, a cambio del reconocimiento de su existencia como nación-estado independiente.
La sanción francesa se impuso bajo la amenaza de una invasión militar: el 17 de abril de 1825, cuando una flota de 14 barcos de guerra se amontonaron en las costas de Puerto Príncipe, lista para intervenir, dejando entrever una posible restauración de la esclavitud en caso de insubordinación.
Este pago extorsionado al pueblo haitiano por haberse atrevido a lograr la independencia fue renegociado trece años más tarde, en 1838, rebajando la cantidad a 90 millones, tras un escandaloso «Tratado de Amistad».
El peso de esta deuda ilegítima, se sintió en Haití, que luchó durante muchos años por liberarse de la tutela y la esclavitud francesas, tuvo que pagar hasta el último centavo la sanción a sus antiguos colonos desde 1825 a 1883.
La Francia de entonces, impetuosa y descarada fecundó la negra tierra del Santo Domingo francés, al oeste del Santo Domingo español.
De esa fecundación nació tanta azúcar que convirtió a «Saint Domingue» en el París del Caribe.
Tal fue la riqueza creada a partir de la eliminación de los bosques por su madera preciosa y para su conversión en cañaverales, que para el resto del mundo no había dos países en esta isla, sino uno: Saint Domingue, con una capital francesa: Port-au-Prince; y ciudades de riqueza y lujuria tropical, como Jacmel y Cap Haitien.
El París del Caribe sucumbió a partir del 1794, cuanto Toussaint Louverture sublevó la población esclava, que en mayoría arrolladora acabó con la dominación francesa, acabando de paso con la economía azucarera e iniciando un proceso de liberación de Francia, que culminó con la independencia en 1804.
En lo adelante, convertida en la «Republik Haití», la parte oeste de la isla La Hispaniola inició una lenta construcción de una cultura de supervivencia que la ha llevado al extremo de un exterminio ecológico comenzado por los franceses con la tala indiscriminada de bosques y el saqueo de sus recursos naturales.
Se sabe que en Paris, todavía se exhiben en Museos, la madera preciosa haitiana.
Muchos medios de comunicación se han dado a la tarea de presentar a Haití, como el peor ejemplo del manejo de su naturaleza, cuando en realidad fue el saqueo y la industria azucarera la que originó el gran problema actual haitiano, al eliminar los bosques para sustituirlos por cañaverales que mantenían unos 300 ingenios de azúcar, en tiempos en que la parte que hoy es dominicana, tenía 5 ingenios.
En hecho, los haitianos heredaron esa filosofía de acabar con la naturaleza, al extremo de que hoy, después de ellos depredar su territorio, han decidido que la “cocina haitiana arda con el bosque dominicano”-
La población esclava de «Saint Domingue» -inculta, recién liberada y teniendo la libertad y la posibilidad de hacer lo que viniera en ganas no tuvo otra alternativa económica que la de utilizar los recursos a mano para sobrevivir «al estilo africano», utilizando para energía lo que quedaba de bosques, cazando todo lo que se moviera, pescando todo lo que nadaba y consumiéndolo todo sin la menor idea de preservación de su fauna y flora. Cometen los que hoy se llama “crímenes a la naturaleza”.
La devastación de Haití no es solo consecuencia de su situación económica sino de su devastación ecológica.
Si Haití pueblo y sus dirigentes poseyeran sus recursos naturales no hubiera tanta hambre, ni pobreza, que a fin de cuentas es el mayor problema actual, por lo que han optado bajo la consigna de que el territorio del Este de la isla, les pertenece, a depredar el bosque dominicano, no como nuestro sino de ellos.
El oceanógrafo francés Jacques Cousteau, en una exploración submarina alrededor de la porción haitiana, reportó que hasta los corales se habían llevado, que no habían peces importantes ni vida marina, e incluso, si alguien caía al mar, no aparecería un tiburón que les mordiera.
Si se hubieran manejado adecuadamente sus bosques tuvieran ríos; si no se hubieran sobreexplotado sus recursos marinos tuvieran peces; si no se hubieran quemado sus manglares para carbón tuvieran millones de crustáceos; si no se hubieran erosionado sus suelos por causa de la deforestación tuvieran tierras para sembrar.
Pero ese fue el camino diseñado por Francia, para el «desarrollo azucarero” del siglo XVIII, y este es el estado actual de Haití.
Consecuencias de la destrucción de los recursos naturales en Haití: Una vez que la riqueza de Haití desapareció producto de la destrucción de los bosques y del saqueo, Haití perdió su atractivo para las potencias occidentales y se empobreció. Le sacaron el jugo, botaron el bagazo y lo abandonaron a su suerte.
La pobreza es la responsable por la destrucción de los recursos naturales en Haití. Para sobrevivir los haitianos han acabado con su fauna, la flora, el plantum del mar, los bosques, los ríos y suelos fértiles.
Haití es hoy, el mayor desastre ecológico del hemisferio y la nación más pobre de América, con un crecimiento negativo acumulado de más de 20 años. La pobreza es el enemigo #1 de la ecología y el medio ambiente
ESTA CLARO QUE EL ECOSISTEMA DE TODA LA ISLA ESTA AMENAZADO.
Del lado haitiano la deforestación abarca más del 90% del territorio. Del lado dominicano, en la foto de satélite se observa una deforestación progresiva de un 50% en la frontera, producto de la migración de campesinos nómadas haitianos que cruzan en busca de árboles para hacer carbón para la venta. Se estima que los haitianos trasladan hacia Haití, unas siete mil toneladas de carbón vegetal, cada año, de las montañas dominicanas. Al ritmo que vamos parte de la isla Hispaniola se podría convertir en un desierto en 20 años. En la provincia haitiana de San Nicolás, ya existe el primer desierto del Caribe.
HAITI TIENE QUE SALVAR EL RIO ARTIBONITO.-
La suerte del rio Artibonito es la suerte de toda la isla. Si la economía de Haití se torna peor y en caso de que muera el río Artibonito, aumentaría la emigración forzada de los agricultores, huyendo del hambre, hacia la Republica Dominicana.
La pobreza y el hambre explican muchos sucesos históricos de la humanidad, como guerras, emigraciones, revoluciones, etc. Fue el hambre lo que motivo la revolución francesa.
Desde el aire puede verse, el contraste entre el paisaje seco de Haití con el verdor de Republica Dominicana. En el centro se ve un cordón verdoso que se extiende a todo lo largo de Haití, en dirección al Golfo de Gonaive.
Esa franja verde son los árboles y los campos del valle que forman el área de influencia del Río Artibonito, uno de los pocos ríos que quedan en el país, pues las selvas de tiempos pasados han sido sustituidas por las rocas y el lodo.
En la actualidad la franja verde del Artibonito está en peligro. Ese verdor depende del río. Pero el río está amenazado por la deforestación y se está muriendo. Se ve la marca de la deforestación. La tierra fértil a lo largo de un río muerto, también morirá.
El Artibonito es el río más caudaloso de Haití y lleva vida a muchos hogares.
El rio es el único que nace del lado dominicano y llega al mar por el otro lado.
Ambas naciones debemos luchar por salvar el río Artibonito.
HAITÍ Y LA REPUBLICA DOMINICANA :
El planteamiento desarrollista que se le presenta a la República Dominicana hoy viene a ser muy similar -sino el mismo- que el que se le presentó al «Saint Domingue» francés, hace casi 300 años.
Los haitianos insisten en sacrificar a la naturaleza en aras de un desarrollo que no garantiza las expectativas para las generaciones futuras en términos de la existencia de recursos naturales.
Los haitianosinsisten en destruir los recursos naturales: bosques, costas, manglares, minerales, aguas y fauna, los cuales tienen que ser puestos al servicio de la gente ahora, al servicio de una humanidad que suma más de 10 millones de habitantes, cuando las generaciones que vienen sumarán varias decenas de millones de aquí a 300 años.
Así como desapareció la industria azucarera dominicana, a menos de 100 años de vida, van a desaparecer más rápidamente aún muchas otras propuestas económicas actuales. Y si esas propuestas de desarrollo se llevan lo que nos queda de recursos naturales, habremos acabado con el presente y con el futuro, tal como ocurrió en Haití.
Francia sigue negándose a devolver la deuda histórica de Haití, y tiene una gran responsabilidad en la situación económica de Haití y en el estado de pobreza en el que su población se encuentra.
Cuando concedió refugio político al ex – dictador Jean Claude Duvalier, exiliado en la Riviera Francesa después de 29 años de dictadura entre Papa Doc e hijo, con una fortuna de 900 millones de dólares robados al Estado haitiano, Francia no quiso siquiera intentar quitarle ese dinero y entregarlo al pueblo haitiano, suma esta que en ese momento era superior a la deuda externa del país.
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