EPISODIOS: Carne con permisos: lo que está en juego en la mesa dominicana
- revistalaprensa55
- hace 6 horas
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Rossanna Figueroa

En medio del debate sobre la supuesta suspensión de permisos de importación de productos cárnicos en República Dominicana, es necesario devolver la conversación al terreno de los hechos.
El ministro de Agricultura, Limber Cruz, ha sido enfático: los permisos no han sido suspendidos. Lo que sí se ha hecho es aplicar la ley a importadores que han pretendido introducir mercancías sin cumplir con los procesos establecidos, que incluyen autorizaciones emitidas cada 90 días. No se trata de trabas administrativas, sino, de salvaguardar un sistema que garantiza el orden en el comercio alimentario del país.
Este incidente ha servido, además, para poner en valor el músculo productivo nacional, en particular el de la avicultura. La Asociación Dominicana de Avicultura (ADA) informó que en estos momentos el país dispone de más de cinco millones de libras de pollo, fresco y congelado, listas para su distribución.
Esto no es casualidad. Responde a una política sectorial orientada a la seguridad alimentaria, al compromiso de los productores y a una estructura comercial que ha sabido responder, incluso en los momentos más críticos.
Entre enero y abril de este año, la producción nacional de pollo alcanzó las 84.5 millones de unidades, un incremento del 4 % respecto al año anterior. Y para el segundo trimestre se espera una producción mensual de 21.5 millones, con mejores promedios de peso gracias a condiciones climáticas favorables.
Estas cifras confirman lo que el consumidor ve en las góndolas y lo que el país siente en su estabilidad: no hay necesidad de importaciones innecesarias.
Importar productos que ya producimos en suficiente cantidad no es solo un sinsentido económico; es un riesgo para la estabilidad del mercado. Introducir pollo del exterior puede desencadenar una competencia desleal que afecte los precios, perjudique a los productores locales y, al final, desestabilice el acceso del consumidor a una proteína básica.
La mesa dominicana no necesita más ingredientes importados. Necesita coherencia, respaldo a lo que se produce en casa y respeto a las reglas del juego. El desarrollo agropecuario no se improvisa, se construye con planificación, responsabilidad y visión de país.
Perfil:
Es periodista, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con concentración en Comunicación Corporativa, Marketing Digital, Español, Lingüística y Literatura.
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