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El lavado de cerebro

revistalaprensa55

Es una frase bastante escuchada para identificar a una persona que ha cambiado de opinión, de comportamiento y de resultado de vida después de exponerse a conversaciones influenciadas. Para el lavado del cerebro se usan las palabras, la comunicación que se utiliza con un fin o propósito determinado, buscando influir, convencer y manipular a personas o grupos, con el fin de conquistarlo.Pese a que el cerebro contiene billones de neuronas o células especializadas que se comunican unas con otras. Cada área del cerebro tiene funciones específicas que ayudan con el pensamiento, la orientación, el lenguaje, la asociación de ideas y las emociones.

En el “lavado del cerebro”, la persona que busca lavarlo tiene que tener habilidad, destreza, tacto e intuición, para descubrir las zonas vulnerables, agujeros emocionales, necesidades básicas y debilidades de la persona que le van a “lavar el cerebro”.

El lavado de cerebro se activa en varios espacios: en el amor, la política, en las compras, el negocio, la religión y en los grupos sociales.

¿Qué se busca en lavado de cerebro? Lograr cautivar, influenciar o manipular las emociones, el pensamiento y el comportamiento con el fin de lograr resultado u objetivos finales: control de la persona, apoyo incondicional, obediencia, complicidad, dependencia o acatamientos de normas sin crear discusión ni disenso psicosocial.

¿Cuál es el perfil de las personas que se dejan lavar el cerebro?

Son aquellas personas inseguras, tímidas, ilusas y fantasiosas, de actitud poco vertical, las que no ponen limites, o no saben decir no, de pobres valores o falta de identidad; además, la baja autoestima, pobre autoconcepto o características del “síndrome de la carretilla” etc.

En la normalidad en que vivimos, millones de personas adoptan comportamientos sociales, personal y psicoemocionales después de un lavado de cerebro; o sea, pensaban, actuaban o defendían razones de vida; sin embargo, después deciden adoptar o cambiar valores, ética y principios después de un “lavado de cerebro”.

La neurociencia a través de neuromarketing, de las células espejos y de las zonas de gratificación, junto a la inteligencia artificial, los algoritmos y estrategia de la publicidad, son formas de “lavar el cerebro” para que las personas compren, gasten dinero, consuman lo que el mercado y neuromarketing influye y cambie a través de la nueva “economía del comportamiento”.

El lavado de cerebro ahora tiene más vigencia, recluta a más personas, condiciona y ejerce mayor control mental, para obtener los resultados esperado a través del dinero plástico, de los símbolos y de la cultura del consumo.

Para evitar el “lavado del cerebro”, hay que poner límites internos y externos, hay que aprender a decir no, poner el semáforo mental en rojo, buscar de distracciones que no estimulen el placer dopaminérgico.Sencillamente, sea vertical en las posiciones que tiene que asumir en su vida, la flexibilidad es buena, pero se debe tener mayores controles sobre sus propósitos, objetivos y deseo en la vida.

Siempre busque medir consecuencias, valorar los riesgos, razonar los por qué, los cómo y los cuándos, para que sean decisiones bien ponderadas, sin dejarse influenciar, ni manipular por terceras personas, ni ser víctima de gratitudes y lealtades invisibles que le llevan a ser dependiente de otras personas, ni del mercado, ni de grupos de influencia social. Cuide su cerebro, sobre todo el “lavado de cerebro”.

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