POR RAFAEL SANTOS
La película Difícil de romper en un primer plano parece insípida pero no lo es. Es la típica historia que con varios planos y un mismo fin lleva al televidente a que de manera crítica se coloque frente al televisor, para y durante 1 hora y 52 minutos, llenarnos de esa magia envolvente para darnos a entender que esa persona a nuestro lado es lo que realmente importa. Lo demás es lo demás.
Esta es la típica película que al igual que la otra (Esta noche duerme conmigo) recomendada por nosotros en una entrega anterior y por este mismo medio, decíamos que está muy prohibido verla solo sino es con tu pareja.
Las debilidades de uno y otros, las injerencias de una suegra asfixiante que tomas decisiones en la pareja, las frustraciones del pasado y el deseo de tener un hijo a lo que ella alegando un poco más de tiempo para tenerlo, son de los elementos a tomar en cuenta para el salvamento matrimonial.
La película es protagonizada por Morris Chestnut y Taraji P. Henson, teniendo como actores secundarios a Maeve Quinlan, Eddie Cibrian y Jenifer Lewis, entre otros importantes actores que le daban vida a cada uno de los personajes encarnados. Fue filmada en el 2009 y hoy por hoy, a pesar de que la misma ya tiene casi 25 años en catálogos, esta es una de las más vista en la plataforma de Netflix.
Pienso, que el momento actual que viven muchos matrimonios que se dejan llevar por las tibias corrientes de la indiferencia, son de las cosas que junto al perdón son, además de tratarlo en esta película Difícil de Romper, se deben tomar muy en cuenta antes de que la relación se termine de destrozar.
Otros importantes temas tratados en la misma, son, lo que es la fuerza de la fe, el deseo de superación, la cura interior o emocional de la persona y sobre todo, la vuelta a tomar el camino de pareja cuando todo prácticamente luce perdido. Estos y otros elementos que no les contaré, es lo que hace digna de recomendar como excelente a Difícil de Romper.
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