Hay encuentros sexuales que resultan ser una experiencia de afecto y ternura, por encima de todo; mientras que otros, son principalmente ardientes.
Tener sexo no es precisamente sinónimo de estar enamorado. Razón por la que podemos ver personas que tienen sexo, pero no mantienen una relación de pareja. Sin embargo, también podemos ver parejas que, además de tener sexo por placer, hacen el amor porque están enamoradas.
Las relaciones sexuales no tienen siempre el mismo motivo ni persiguen el mismo fin. Por esto mismo, hay que tener muy claro lo que se quiere hacer y con quién.
La línea parece clara, pero a la vez difusa. Por esto mismo, aún cuando intentamos intuir la respuesta, nos preguntamos: ¿cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
¿Cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
Las opiniones y los debates en torno al tema abundan y lo cierto es que no existe una “verdad universal” que pueda aplicarse a todos los casos. Por ende, la respuesta puede variar según la persona y las circunstancias.
Sin embargo, es cierto que hay algunas ideas, como las que comentábamos anteriormente, que todos hemos escuchado, discutido o incluso compartido en alguna ocasión.
Generalmente, decimos que hacer el amor responde al deseo de tener intimidad con la persona que lo inspira, más allá de lo físico. Por esto mismo, tendemos a asociarlo con un acto especial, significativo y, si se quiere, trascendental.
A su vez, entendemos que tener sexo responde más a un instinto, una necesidad física, que no precisamente requiere expresar cariño o tener interés por ir más allá con la otra persona. En suma, consideramos que no es lo mismo tener sexo que hacer el amor.
Una persona puede estar con otra pensando que hace el amor, mientras la otra está considerando que está teniendo sexo. Una sola palabra influye de manera decisiva: sentimientos.
Hacer el amor implica tener relaciones sexuales porque hay un sentimiento, una conexión, un vínculo detrás que impulsa a querer tener intimidad con una persona en concreto. Esto quiere decir que se involucran aspectos más allá del deseo físico. En cambio, para tener sexo, solo se requiere satisfacer el deseo físico.
Elementos importantes para encontrar la diferencia
Existen puntos clave que dan luz para diferenciar cuándo las relaciones sexuales tienen como base el sentimiento y cuándo son solo asunto de darle placer al cuerpo. Por supuesto, no son verdades absolutas, sino más bien, aspectos generales que vale la pena tener en cuenta.
1. El lenguaje
Cuando se hace el amor puede haber más sensualidad porque se apuesta más al juego previo, al cariño y a las caricias mutuas. La delicadeza (de gestos y palabras) juega un rol importante antes de alcanzar la penetración.
En cambio, cuando se tiene sexo, solo se responde al tacto, la excitación que genera y las ganas de alcanzar el orgasmo. No necesariamente hay cariño ni todo un ritual en torno al encuentro sexual.
2. La gratificación
Cuando se hace el amor se piensa mucho en alcanzar el placer mutuo y en cómo satisfacer a la pareja, en lo mucho que se le quiere, entre otras cuestiones afines. Esto quiere decir que el deseo no suspende los pensamientos, las emociones ni los sentimientos hacia esa persona.
En cambio, al tener sexo, lo que se busca primeramente es la autogratificación, sin importar qué tan complacida se sienta la otra persona o lo que puedan ser sus deseos y expectativas para el presente o el futuro. Tampoco se piensa más allá del momento ni en si la otra persona es significativa o no.
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3. El tiempo
Cuando se hace el amor <strong data-reactroot="">se invierte tiempo en seducir y acariciar a la otra persona para hacerla sentir querida, además de deseada. </strong>También se invierte tiempo en compartir con esa persona después de haber alcanzado el orgasmo. Pero cuando solo se quiere tener sexo, cualquier momento o circunstancia son buenos y todo se acaba con el Ojo, hay personas que tienen sexo y aún así tienen una conversación después, pero esta suele ser sobre cualquier tema. En cambio, las personas que hacen el amor y tienen una conversación después, generalmente hablan sobre sus sentimientos y su conexión.
4. Las expectativas
Las parejas que hacen el amor comparten expectativas, sueños y planes de vida a futuro. Aspiran a continuar sus caminos juntos y pueden intercambiar puntos de vista en la cama sobre cualquier tema y no solamente sus sentimientos.
En cambio, quienes practican sexo no tienen, ni buscan, más compromiso que desvestirse, satisfacerse y volverse a vestir para seguir con su vida sin atarse a ningún plan más que el propio.
La importancia de diferenciar bien tener sexo de hacer el amor
¿Es mejor hacer el amor o tener sexo? Todo depende de lo que se busque. Es importante diferenciar ambos conceptos en una relación porque evita que la confusión termine haciendo daño a alguno de los implicados. De cualquier modo, debes tener claro los siguientes puntos:
En ocasiones, una de las personas apuesta por los sentimientos, mientras la otra solo está buscando satisfacer el cuerpo, sin darle ningún significado profundo al acto.
Entre tener sexo y hacer el amor no hay uno que sea mejor o peor que el otro, ya que todo varía según las personas y las circunstancias.
Lo ideal es siempre que ambas personas estén de acuerdo en lo que se va a hacer.
Cada persona necesita tener conocimiento de lo que está haciendo porque la intimidad forma parte de la vida.
Si quiere o no compromiso a la hora de un encuentro íntimo debe ser una decisión consciente que merece respeto.
Si no está claro cuál es el objetivo del acto, alguien podría enamorase desconociendo que no hay nada más allá del orgasmo. Para cuidar las emociones es importante saber cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo.
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