Por RAFAEL SANTOS
A nuestro país lo han dejado solo, muy solo con el caso haitiano. Haití no es un problema de los dominicanos, es un problema de la comunidad internacional, principalmente de aquellas naciones, llamadas también del «primer mundo» que luego de saciar su sed económica, de haber devastado sus cuantiosas riquezas, hoy como si nada ha pasado, nos quieren echar esa responsabilidad que ni queremos ni podemos echarnos. En innúmeras ocasiones el Presidente Luis Abinader, un civilista y respetuoso hasta el espanto de los derechos humanos, ha dicho y requetedicho, que el problema de Haití lo deben enfrentar las grandes naciones que quiérase o no (y esto lo decimos nosotros), se han echado a un lado para forzar una emigración masiva que consume algo más de un 10 % de nuestro Producto Interno Bruto (PIB). Al Presidente Abinader, todo el pueblo dominicano, sin excepción de nadie, deben de apoyar en su justa lucha nacionalista, y tomar los medios de comunicación, tanto los nacionales como los internacionales, y decirle al mundo de esa maniobra malvada e irresponsable que tienen algunos intelectuales de la élite de muchos de esos países y hasta de los que viven en nuestro territorio, de unificar nuestra cultura con la haitiana y hacer de ambos países una sola carga, para de esa manera terminar con ese problema. Atención país, como diría el doctor José Marte Piantini, no nos podemos dejar presionar por esta naciones irresponsables y malvadas, las cuales amagan con intervenir en el problema de inseguridad que tiene la vecina nación, pero por otro lado se hacen los desentendidos. Veo con mucha pena y hasta preocupación, el flaco, débil e irresponsable papel de una cúpula de la intelectualidad de nuestro país, los cuales al servicio de ciertos intereses foráneos, se han puesto del lado opuesto a nuestras realidades como nación soberana. Hoy más que nunca, debemos profundizar y poner de manifiesto nuestra cultura duartiana. Demostrarle al mundo que el sacrificio de esos pro hombres de nuestra independencia, no fue en vano, y que por encima de todo, olvidando colores o banderas partidarias, debemos aún más, apoyar al Presidente Luis Abinader en su lucha a favor de los más nobles intereses de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, insignes patriotas que nos legaron la libertad o de lo contrario, sucumbiremos como nación en el más breve plazo.
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